Observaciones:
Rita andaba siempre encogida y arrastrando los pies. Y no era porque le hicieran daño los zapatos, ni tampoco porque le pesara demasiado el abrigo en invierno, no. ¡Lo que Rita llevaba a la espalda y le pesaba tanto era una montaña enorme de miedos, manía
Rita andaba siempre encogida y arrastrando los pies. Y no era porque le hicieran daño los zapatos, ni tampoco porque le pesara demasiado el abrigo en invierno, no. ¡Lo que Rita llevaba a la espalda y le pesaba tanto era una montaña enorme de miedos, manía
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